Aquí están las fotos del último voluntariado, hubo mucho que hacer y mucho disfrute. Muchas experiencias que queremos compatir.
En el grupo de tierra se lograron maravillas. Conseguimos plantar no menos de 50 árboles de todos los tamaños. La idea es crear un bosque comestible de borde, denso. Para ello hemos utilizado recursos cercanos como las balas de paja y la cascarilla de arroz. También nos hemos servido del abono fermentado (bocashi) que fabricamos junto con el grupo de la REPESE.
La reorganización del riego tradicional con portillo y su compatibilización con la utilización humana de ciertas terrazas fue, así mismo, un punto importante en el diseño y la ejecución.
En nuestra proyección para futuro del Cabecico, nos imaginamos un oasis de fertilidad, donde la idea de la autosuficiencia alimentaria se combine con la belleza y el disfrute de sus rincones.
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